Rosal

Rosal, en Primavera y Verano el Rey del jardín o de la terraza

Aunque no tengas jardín, no te prives del placer de cultivar rosas. Algunas variedades crecen bien en una maceta o un tiesto en una terraza o balcón. Es más, algunas han sido concebidas a propósito para vivir en contenedores. Solo hay que respetar sus necesidades.

Hay pocas plantas tan generosas como los rosales, que ofrecen su copiosa, prolongada y, la mayoría de las veces, perfumada floración, y se adaptan prácticamente a todos los climas. Una terraza o un balcón también puede ser un buen lugar para cultivarlos, siempre que reciban sol y se contemplen sus exigencias, que no son muchas ni complicadas.

Los tiestos. Los rosales necesitan un suelo profundo. Es importante plantarlos en tiestos sobre todo hondos, de al menos 40 a 50 centímetros de altura.

El sustrato. Es imperativo que el suelo contenga arcilla, es decir que sea fresco. Escoge un sustrato específico para rosales, o en todo caso para arbustos o jardín. Verifica bien su composición, ya que debe ser ligeramente ácido (aunque algunos los prefieren alcalinos), y rico en limo. Es importante que te asegures de que el drenaje funciona bien: el exceso de agua perjudica a los rosales.

La plantación. Se debe llevar a cabo en abril o mayo. Vigila que el punto de injerto no esté enterrado. Riega copiosamente cuando lo plantes para que las raíces tomen contacto con el sustrato.

Los cuidados necesarios

El mantenimiento de los rosales que viven en una terraza no difiere del que necesitan los de jardín.

  • Poda los chupones y elimina las flores marchitas.
  • Riega regularmente en primavera y verano.
  • Cubre el pie con una capa de mulching: paja, bolitas de arcilla (nunca corteza de pino, demasiado ácida) para limitar la evaporación.
  • Aplica abono granulado para rosales dos veces al año: después de la poda de invierno y después de la primera floración, para favorecer la de otoño.
  • En invierno no los riegues, excepto si no reciben nada de agua de lluvia. Si hace mucho frío envuelve el tiesto con un acolchado plástico y aíslalo del suelo.
Rosales

Rosas sobre los muros

 

Los rosales trepadores poseen la capacidad de desarrollarse sobre un soporte -pérgola, celosía, valla, muro- hasta alcanzar incluso varios metros de altura. Necesitan ayuda para trepar, sobre todo al comienzo, hasta que encuentran un punto de apoyo.

   

Cultivar rosales no es una tarea difícil si se siguen unos pocos consejos y se elige el rosal adecuado dentro de la gran variedad existente. En el jardín ofrecen muchas posibilidades de combinación con otras plantas para formar macizos muy decorativos y disfrutar de la belleza de sus flores durante mucho tiempo.

En general necesitan una exposición soleada, un espacio aireado pero protegido de vientos fuertes, y un suelo rico y bien drenado, ya que sus raíces no soportan el encharcamiento.

Una extensa variedad

Los rosales son plantas arbustivas o trepadoras de hojas caducas o semicaducas que se cultivan por su gran cantidad de flores, su fragancia y algunas veces por sus frutos, los escaramujos rojos o anaranjados que aparecen después de la floración y son muy atractivos en otoño e invierno.

Las hojas son divididas, dentadas y de color intenso en sus ramillas jóvenes. Sus tallos presentan espinas, de modo que se pueden utilizar como tupidos setos defensivos a la vez que decorativos.

Aunque da nombre a un color, hay rosas de tonos muy variados, excepto el azul y el negro. La flor puede tener un color único; un color en la parte interior y otro en la exterior; ser multicolor, es decir reunir ramilletes de tonos diferentes; variegada, si tiene dos o más colores formando rayas en los pétalos, o pincelada en el borde del pétalo y más pálida hacia el centro y el dorso de la corola.

Existen rosales de muy diferentes tamaños, desde los miniatura, de menos de 20 centímetros de altura y flores de dos a tres centímetros de diámetro, que se adaptan perfectamente a macetas y patios, hasta rosales trepadores de hasta siete metros de altura que crecen apoyándose en pérgolas y fachadas.

Los rosales son plantas que se pueden combinar con otras jugando con los colores de las flores y del follaje o contrastando con sus diferentes formas, lo que da lugar a rincones muy atractivos. Al combinarlos con plantas como lavandas y allium se mantienen a raya los pulgones a los que son tan propensos. Mezclados con plantas vivaces y anuales como la nepeta, artemisa, caléndula, tagete... se atraerá a insectos beneficiosos como las mariquitas y se repelerá a ciertos escarabajos, además de añadir interés y color al jardín cuando los rosales no estén en flor.

Rosales antiguos

Hablábamos al principio de rosales antiguos: son rosales hibridados de rosas silvestres como la rosa gálica y la rugosa. Tienen forma de arbusto y dan flores sencillas, a menudo solitarias o en manojos, y perfumadas. En otoño lucen escaramujos muy decorativos que sirven de alimento a las aves en invierno.Exigen poco mantenimiento, son resistentes a las enfermedades y necesitan poco riego una vez establecidos. Son arbustos para dejarlos crecer a su aire.

Rosales modernos

Los rosales modernos, en cambio, se han hibridado con rosales originarios de Oriente. Entre ellos se cuentan:

  • Los híbridos de té, la clase más popular, de flores grandes, solitarias, de forma perfecta, generalmente dobles, con más de veinte pétalos en cada flor. Algunas son perfumadas. La gran mayoría de los híbridos de té sirven para flor cortada. Florecen desde mayo hasta los primeros fríos.
  • Los rosalesfloribunda dan abundantes ramilletes durante todo el verano, y se utilizan para parterres y setos arbustivos. Es corriente que formen cinco o seis flores en cada ramillete, con seis a 20 pétalos cada flor. El resultado es un arbusto de colores intensos y duraderos, aunque en general la forma de la flor no sea tan espectacular como la de los híbridos de té. Necesitan una poda severa. Son resistentes a enfermedadaes y su floración suele ser continuada desde primavera a finales del otoño. Entre los floribunda más conocidos están ‘La Sevillana', de llamativo color rojo y floración semidoble en racimo, y el ‘Iceberg', de color blanco.
  • Los rosales miniatura, por su parte, son formas enanas de híbridos de té y floribunda, desarrollados para ser cultivados en jardines pequeños, patios y, en especial, tiestos. Son rosales con flores de uno a tres centímetros de diámetro, simples (con cinco pétalos por flor) o dobles. Suelen ser muy resistentes y las nuevas variedades son perfumadas. Florecen ininterrumpidamente todo el verano.
  • Hay un tipo de rosal tapizante o cubresuelos, no muy conocido, que no suele superar el medio metro de altura y se desarrolla formando alfombras florales. Uno de los más bellos es el ‘Fairy', que también crece bien en macetas y jardineras; hay algunos pequeños, como el ‘Snow Carpet', y otros grandes como el ‘Nozomi' y el ‘Max Graf'.
  • Además, están los rosales trepadores, forma que ha permitido desarrollar también los decorativos rosales llorones, de ramas flexibles injertadas sobre un pie de rosal. Sin olvidar los rosales de pie alto, híbridos de té o floribunda injertados sobre un tallo de rosal.
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